Ya sea por usar pieles animales, por fomentar una imagen perniciosa del cuerpo femenino o, como en el caso del colectivo de tops Balance Diversity (comandado por Iman y Naomi Campbell), por no visibilizar la diversidad racial. Manteniendo los gastos generales al mínimo pero invirtiendo en logística”, defienden en el balance de 2019. Sus precios, excepcionalmente bajos, juegan también a su favor en un clima de crisis como el que se avecina. Con esta camiseta se completa el círculo de equipaciones dedicadas al territorio iniciado en la temporada 2017/18, con una camiseta homenaje a la ciudad de Vitoria-Gasteiz, que continuó en la 2018/19 con una equipación verde inspirada en la Ikurriña y que concluye esta campaña con el color morado que rendirá homenaje al territorio histórico de Álava. Hablamos de la camiseta del Free Winona que Billy Tsangares diseñó en 2002, en plena polémica por el robo, y que puso a la venta en su tienda Y-Que del barrio de Los Feliz en Los Ángeles, junto al incienso y bolas de discoteca que poblaban el local. Era una modelo de pelucas de los 60 que Google imágenes tomó por la actriz cuando Tsangares la buscó para su estampación. El escudo albiazul, como viene siendo habitual las últimas temporadas, está bordado en la zamarra albiazul que esta campaña incluye las siglas «DA» en la parte inferior delantera y la ikurriña, que un año más lucirá en la parte trasera del cuello de los jugadores/as.
Brown trabajaba de relaciones públicas de la firma lencera de lujo Kiki de Montparnasse, cuando a principios de año se le encendió la bombilla y vio que el negocio de camisetas rockeras era más que un hecho. La respuesta llegó en forma de bebé, Ona, y con ella, una opción de negocio. Antes trabajaba en el mundo de la moda, como escaparatista y en tiendas, y mi forma de consumo estaba muy supeditada al contacto que yo tenía con esas prendas y acababa consumiendo mucho en ellas. “La gente disfruta mucho más aquí que en un supermercado convencional. El otro día publiqué un post en mi Facebook explicando que la ropa también tiene dos años de garantía para que la gente que tengo lo sepa y lo difunda. Sí, hay gente con apariencia de ser menor de edad que lleva relojes de unos cuantos miles de euros, pero lo normal es que ellos combinen prendas de edición limitada de Nike, Supreme, Palace o Balenciaga de unos centenares de euros con otras prendas low cost. El furor por el merchandising que se salga de la norma y alternativo a todas esas camisetas que han invadido el low cost no se queda solo en esta tienda online.
Eso es lo que busca Inés Surinyach para sus pequeños clientes. “Antes solíamos ir a pequeños restaurantes de cerca de la oficina, pero descubrimos que aquí el género es mejor, fresco y muchas veces importado, y el precio resulta más bajo”, comenta Huang, una joven administrativa que ha ido a comer junto a un grupo de compañeros de su empresa al Hema que Alibaba ha abierto en el barrio Changning, en Shanghái. Carrefour también se ha sumado a esta reconversión, pero lo ha hecho con timidez, camisetas futbol 2020 introduciendo pequeños espacios con mesas y sillas en los que ofrece wifi gratis. El pasado verano, el trío de artistas urbanos Revok, Reyes y Steel demandó a Cavalli por apropiarse de una de sus murales para estampar sus camisetas.»Nada es más antitético para una banda callejera dedicada al graffiti que la asociación con el chic europeo, el lujo y el glamour», explicaban en la demanda.
De momento, el 7% de los chinos urbanos ya hacen sus compras de supermercado por internet. Armados con un lector de códigos portátil, los jóvenes embutidos en camisetas azules recorren baldas y arcones llenando las bolsas y completando las compras realizadas desde la aplicación. Aunque en la nueva normalidad ir de compras no es un pasatiempo, hay cosas que no cambian: la compra de mudas y prendas de intendencia sigue recayendo sobre ellas. El marisco es el favorito del público chino, pero hay desde sopa de fideos hasta bistecs. Cuando están listas, dejan la bolsa en una cinta que la transporta por el techo de la tienda hasta el almacén, donde los repartidores esperan listos con sus bicicletas eléctricas. Quién fabricó la prenda que llevo puesta y en qué condiciones o cómo afecta al medioambiente lo que hago con ella (desde los microplásticos con los que puede contaminar el agua al lavarla, hasta su destino final si quiero deshacerme de ella) son cuestiones que van resonando en la conciencia común.
Mi regla básica es que todo en mi armario combine entre sí. Así, a la pregunta sobre cómo se costean un armario tan exclusivo, la respuesta está en la compra en comunidad. Al final todo se genera dentro de la comunidad. Hace solo unos meses que dirige Otto & Tula, todo está hecho a mano por ella y una costurera y realiza también prendas por encargo: «Alguien que confía en lo que haces y apuesta por las marcas pequeñas se merece todo nuestro respeto y atención». Pero hay un hecho que indica que tras las reivindicaciones se intuye un amplio deseo de celebridad: el famoso videoclip de ASAp Rocky, ‘Fashion Killa’ muestra a Kidult realizando en vivo la citada pintada en la tienda de Marc Jacobs. Hay quien ha visto el filón y ha decidido sacar rédito de ello. Para ello solo hay que pagar un módico extra que se calcula según el tipo de plato y el peso, con un máximo de 30 yuanes (3,8 euros) por medio kilo. «No hay que irse lejos para tener la mejor calidad», señala Marta Bahillo. Aunque nació en 1993 con la idea de que sirviese como canal de salida para la ropa que no se vendía en Zara y las prendas taradas, desde hace años cuenta con sus propias colecciones que diseña un equipo e la casa en la sede de Tordera.