Sin tienda online, con un margen muy estrecho y con gran dependencia del ratio de venta por metro cuadrado en sus tiendas, el futuro de la enseña de moda ultra rápida es más incierto que nunca. Sus relaciones con sus proveedores y su plan de sostenibilidad (trazado con brocha gorda) son críticas frecuentes a la enseña del bajo coste que se enfrenta a un consumidor cada día más exigente y concienciado. Sobre todo con las tiendas online, soy premium en Asos, la amplia variedad de precios y prendas, junto con la rapidez de tenerlo (al día siguiente) y de devolución económica (con reembolso a los 10 días tope), hacen que en muchas ocasiones mirar la app o la web de Asos sea como hacer scroll en mis redes sociales, miro a ver qué hay, qué se mueve. Pero Primark necesita muchas colas y muchos niños para compensar el tremendo revés del coronavirus.
En 2019 Primark reportaba ingresos por valor de 7.792 millones de libras (unos 8.705 millones de euros al cambio actual), un 4,2% más que en 2018. El importe representa casi el 50% de la facturación del conglomerado que también está detrás de marcas habituales del supermercado como Twinings, Patak’s, Blue Dragon o Jordans. Además, está Terranova, el Primark italiano, que descendió en España el año pasado con potencia y muy centrada en el público adolescente, y el gran disruptor de este mercado, la inglesa Boohoo, que vende solo por internet y ha modificado el modelo de negocio de la ultra fast fashion con el sistema que llaman “test and repeat” (prueba y repite). Se trata de una compañía de moda unisex que solo opera en internet y que basa su estrategia en las redes sociales. Un cambio al que también se suma la mayor facilidad y determinación para reclamar derechos como consumidores sobre los productos que compramos, facilitada por internet y la posibilidad de comunicarnos directamente con las marcas -¿ Los productos que se venden en tiendas físicas pasan por un distribuidor que hace su propia selección y suele serlo menos”.
Cuando vivía en Inglaterra iba más a charities y tiendas de ropa vintage, aquí no es tan común. He ganado mayor conciencia del valor de las cosas, de lo que supone que a mí una prenda me salga tan barata, sobre todo si en la etiqueta leo ‘made in Bangladesh’ o similares y de que una de las formas que tenemos de luchar contra el desastre ecológico en que vivimos es nuestro propio consumo. Pero no todos los datos son tan esperanzadores. Se rebautizó como Shana 3.0, bajó todos sus precios un 40% y prometió llevar “el concepto de pronto moda hasta el extremo”, tardando solo cuatro semanas desde que detectan una tendencia hasta que llega a sus más de 250 tiendas propias. “Por las Nike Jordan que lanzó Travis Scott dormí una noche en la calle haciendo cola, participé en todos los sorteos y no las conseguí por los canales oficiales. Convenció a su marido (John Neidich, RRPP de varios clubs nocturnos de la ciudad) de aliarse con su ‘camello’ de camisetas, Patrick Matamoros, el tío que vendía camisetas retro en una esquina del Soho (y que por vender modelos difíciles de encontrar de Grateful Dead o Sex Pistols en plena calle había sido arrestado un par de veces) para montar un showroom en su apartamento.
Nos inspiramos en diseños originales para hacer moda de estilo retro. Eso ha cambiado. Yo compro moda urbana, pero tengo amigos que compran Dior”, comenta Carlos. Sobre todo en el caso de las mujeres, que tenemos mayor presión sobre la necesidad de estar guapas, ideales y a la moda. En nuestro caso las camisetas se hacen en la calle”, dice France. Posiblemente, porque en ella habitan las 25 camisetas serigrafiadas de los futbolistas del Madrid. Otra de las camisetas vintage de Mickey, vistas en la primera temporada. ”. Las firmas de lujo tradicionales hace tiempo que tomaron nota de los modos de consumo y las estrategias de identidad de las nuevas generaciones: Louis Vuitton ha colaborado con Supreme y ha contratado a Virgil Abloh (Off White) como director creativo de su línea masculina, Ralph Lauren lanzó una colección junto a Palace y Moncler ha creado una línea, Genius, que cada temporada encarga a un diseñador emergente o a una firma urbana. Si es que vas a comprar en línea, compra muestras de sus prendas de forma que puedas inspeccionar la calidad de la ropa y los accesorios antes de comprarlos al por mayor.
Por eso opto cada vez más por básicos y prendas temporales, que pueda usar tanto en el trabajo como en la calle, camisetas futbol 2021 y esto ha sido por concienciación ante el alto nivel de consumo que he ejercido estos años. Nunca he sido un comprador compulsivo de ropa. Puede parecer que tu ropa vale seiscientos euros y vale sesenta”, dice. AP Rocky, pero son dos mil euros. Moderna de Pueblo, Lyona, María Hesse o Roberta Marrero son solo algunas de ellas: en su lista de autores aparecen casi 30 nombres y no para de crecer. Es casi imposible y las tiendas sin ese recibo no atienden a reclamaciones. Quienes (aún) no sean fanáticos de las compras online podrán visitar sus tiendas físicas de Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga, Marbella o Bilbao. Cuando voy de compras es, por lo general, algo premeditado. Los planes de futuro que tiene la marca se plantean en términos de crecimiento, tanto en fans como en autores: “Estamos pendientes a diario de todo lo que se cuece en redes sociales, buscando ilustradores y autores nuevos en los que vemos algo especial, somos una especie de ‘cazatalentos’”.
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